Tequila en México. Historia de la marca. De qué y cómo están hechos, definitivamente no de cactus.

 Por qué el Tequila se bebe con lima y sal?

México es un país muy colorido y único, que, si es posible, debe ser visitado por todo viajero curioso. En la Península de Yucatán, puede disfrutar de las increíbles vistas arquitectónicas del mundo que dejaron los indios mayas, relajarse en las hermosas playas de arena del Mar Caribe y, por supuesto, probar la cocina local, increíblemente sabrosa y específica.


Sin embargo, todos, sin excepción, saben que a México siempre se le asocia con una bebida tan fuerte como el tequila y que es ella quien es la verdadera marca de este asombroso país. 

La historia de la producción de esta mágica bebida comienza en el lejano siglo XVI, cuando los conquistadores españoles llegaron a la fértil tierra mexicana. Trajeron coñac, que les encantaba mucho, pero los lugareños bebían principalmente bebidas bajas en alcohol, que se producían por fermentación de la planta de agave y se llamaban oktli. Fue en ese momento que uno de los conquistadores de México estableció un asentamiento, Tequila.

A los españoles no les gustó este tipo de cerveza local y decidieron utilizar el método de destilación convencional para aumentar la fuerza de la bebida. 


En 1795, la familia mexicana Cuervo adquirió tierras en las cercanías del asentamiento Tequila, donde comenzaron a cultivar agave azul. Posteriormente, allí construye la primera fábrica para la producción de mezcal y comienza la elaboración de productos bajo el nombre Mezcal Vino de Tequila, donde se registró el lugar de fabricación de esta pócima mágica.

Al poco tiempo, se eliminó la primera parte del nombre y la palabra Tequila se convirtió en una marca real para todo México. Desde entonces, la popularidad de esta bebida mexicana no ha hecho más que crecer y su marca se ha hecho famosa en todo el mundo. 

Para iniciar la producción de tequila, los recolectores de esta planta Himadora cortan el agave maduro con un instrumento especial y afilado llamado "koa", después de lo cual se quitan las hojas del núcleo para formar un cono de planta, que se llama "pigna".

Después de este proceso, el corazón del agave se tritura y se envía al horno, donde se someterá a un tratamiento térmico. La siguiente etapa es la fermentación. En enormes cubas se lleva a cabo el proceso más querido y necesario en la elaboración del tequila, es la conversión del azúcar desprendido del agave en alcohol. Después de la fermentación, la concentración de la bebida es solo de aproximadamente el 18%, después de lo cual se destila. 

La destilación aumenta la fuerza de la bebida al nivel requerido, y luego se diluye el tequila, logrando la proporción deseada. El producto terminado contiene 35-40% de alcohol obtenido del agave azul.


Después de todos los procesos, se vierte y añeja el tequila listo para usar. La bebida en sí difiere en términos de tiempo de exposición y lleva los nombres correspondientes:

1) plata - envejecido por no más de dos meses.

2) oro - aromatizado o iluminado con caramelo, para parecerse al tequila añejo.

3) reposado - añejado de 3 a 11 meses, el tequila más popular en México.

4) anejo - envejecimiento de 1 a 3 años.

Está claro que cuanto más vieja sea la bebida, más cara será. El precio promedio del tequila reposado, en el país de origen, comienza en 300 pesos mexicanos. 

Sin embargo, también hay una versión más mundana. Quienes hayan probado esta bebida dirán que tiene un sabor muy inusual, y para interrumpir su aroma original, utilizan lima con sal.